Un estudio sobre condiciones de trabajo, inseguridad y salud en el contexto de la COVID-19, elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y el Instituto Sindical de Trabajo, ambiente y Salud (ISTAS), pone de relieve que el 55,1% de las personas participantes muestra riesgo elevado de padecer mala salud mental.

Frente a los datos reportados en 2016 por la Encuesta de Riesgos Psicosociales de 2016 (ERP 2016), en la que la salud mental se midió de idéntica forma, esa misma estimación fue del 23,8%. Es decir, se ha doblado el porcentaje de personas cuya salud mental está en riesgo

La encuesta, en la que han participado 20.000 sujetos entre trabajadores, autónomos y trabajadores en ERTE, demuestra el empeoramiento de la salud mental entre la población trabajadora.

Y es que la actual crisis ha impactado de lleno en las condiciones laborales de muchos trabajadores y sus preocupaciones son un reflejo de sus circunstancias: trabajadores esenciales que han seguido acudiendo a trabajar a pesar del riesgo de contagio; empleados que han debido adaptarse al teletrabajo de forma repentina; o aquellos que se han visto afectados por los ERTE.

Por tanto, la seguridad psicológica en el entorno de trabajo debe ser una prioridad y cualquier plan de evaluación psicosocial debería adaptarse a este nuevo contexto.

A continuación, os aconsejamos una serie de medidas a tener en cuenta desde vuestro servicio de prevención:

Evaluar los riesgos psicosociales

Conocer el impacto que las medidas laborales derivadas de la pandemia han podido tener en la plantilla, debe ser el principal punto de partida. Para ello, es importante valorar qué condiciones laborales pueden ser fuente de estrés, sea por la carga de trabajo, los horarios, posibles incidencias, etc.

También conviene analizar la repercusión del coronavirus en la salud mental y en los hábitos de vida de los trabajadores, en cuestiones como actividad física, alimentación, entorno familiar, calidad del sueño, entre otros.

Este trabajo diagnóstico permite identificar aquellos aspectos que están influyendo en la salud mental de los empleados para, así, poder establecer un plan de acción que se ajuste realmente a sus necesidades.

Reforzar la comunicación interna

Una comunicación fluida con la plantilla, en particular en cuanto a posibles cambios y decisiones de la empresa que le afecten, ayuda a reducir su incertidumbre. Especialmente, con personas que estén teletrabajando o se encuentren en ERTE.

En este sentido, los mandos intermedios son una pieza clave, al ser el nexo entre la empresa y los trabajadores, para detectar a tiempo cualquier señal de deterioro de la salud mental en sus equipos, mantener el contacto e informar correctamente sobre las decisiones empresariales y responder con empatía a las dudas y necesidades que los trabajadores puedan plantear.

Disponer de un portal de prevención como el que hemos desarrollado en A.T. Medtra, facilitará mucho esta importante labor, facilitando tanto la interacción directa con cada persona trabajadora, como el acceso a recursos y materiales informativos sobre medidas sanitarias y de protección, promoción de hábitos laborales y personales saludables, estrategias de prevención, etc.

Servicios de apoyo

En lo posible, también es importante poner a su disposición recursos internos y externos para gestionar posibles afecciones de salud mental. Hay múltiples posibilidades, como ofrecerles servicios de atención psicológica telefónica, de formación en gestión emocional, etc.

La incorporación de aplicaciones informáticas como nuestro módulo de Ergonomía y Psicosociología ERGOTRA®, te permitirá realizar evaluaciones específicas de ergonomía y psicosociología de los puestos de trabajo, basadas en el Cuestionario Psicosocial de Copenhague, adaptado a España por el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud (ISTAS), para garantizar el mejor apoyo preventivo en cuestiones de salud mental a los trabajadores de tu empresa.